martes, 14 de abril de 2009

Buenas ideas que salen en tiempos de crisis

Hay algo que todavía no entiendo bien. La tan cacareada crisis financiera (aquí se le llama "economic downturn", "economic turnoil", "financial crisis" o "tough times") empezó en Estados Unidos donde durante años los bancos le prestaron a clientes que no tenían capacidad de pago para comprar finca raíz que estaba por encima de sus posibilidades reales de adquisición. Deudas que a su vez fueron compradas por otras entidades que, llegado el momento en que los deudores manifestaron su incapacidad de pago, se asustaron y salieron a vender estos títulos iniciando así una espiral negativa de la cual no hemos logrado escapar hasta el momento.

Si este es el origen del asunto, la culpa de todo la tiene el estilo de vida fantoche en el que la sociedad de consumo nos obliga a vivir. Necesitamos LA CASA, así no la podamos pagar, EL CARRO, así no tengamos con que tanquearlo, LA PINTA, así nos veamos ridiculos dentro de esas ropas.... Y si estamos hablando de Bogotá, a esto se le suma LA ACCION DEL CLUB, LA CASA EN PENALIZA, EL PENON O ANAPOIMA y, eso si, todo esto antes de los 30 años. Entonces no me queda claro porque la solución a esta situación se reduce en este momento a que las empresas despidan empleados (generalmente de la gerencia media para abajo) como única forma de sobrellevar la crisis. Dirán sus dueños o accionistas que se ha reducido la demanda de sus productos y/o servicios y que eso obliga a redimensionar la producción y la oferta, lo que se traduce en despedir empleados. No será mas bien que en río revuelto, ganancia de pescadores y los dueños de las empresas están aprovechando para producir lo mismo, con menos gente y pagando salarios mas bajos para quedarse al final del día con un margen mayor?

Por eso me llama la atención que un par de empresas (por ejemplo Rogers, una de las 2 empresas que maneja el oligopolio de las telecomunicaciones, el Internet y la televisión por cable en Canadá), en vez de recurrir a despedir gente inmisericordemente (disminuyendo la capacidad de consumo de la población, aumentando la crisis de confianza del consumidor y contribuyendo a la parálisis de varios sectores de la economía), algunas empresas como Rogers, repito, hayan salido con opciones como reducir la semana laboral a 4 días, lo que automáticamente reduce en 20% tanto la capacidad de producción, como los costos de mano de obra. Así, si el caso de la empresa es que se disminuyo la demanda de su bien o servicio, reduce la producción del mismo en 20%, se acomoda a la nueva demanda, no tiene que despedir gente y, llegado el momento de la recuperación, no tiene que salir a buscar nuevamente mano de obra que tenga que entrenar, asumiendo una curva de aprendizaje que puede perjudicar sus planes de producción, llegado el momento de las vacas gordas.

Semanas de 4 jornadas laborales significan reducción del 20% del salario de la gran mayoría, en lugar de la disminución del 100% del salario de unos (no tan) pocos. Suena un buen acuerdo, diría yo. Pero ahí viene la teoría del Cuadrante del amigo John Nash, según la cual, cuando todos buscan el mayor beneficio personal por encima del bien común (que no me toquen mi salario, en lugar de garantizar que nadie, incluso yo, vaya a perder su puesto), es imposible llegar a un acuerdo, alguien termina incumpliendo su parte y al final todos terminan perdiendo. Entonces, digamos que esto no sea un plan voluntario sino obligatorio, que, de todos modos, considero que solo deja ganadores por todos lados.

Semanas de 4 jornadas laborales significan menos puestos destruidos, menos carga laboral para una empresa, una oferta acorde con una demanda reducida. Por otro lado, para el empleado significa 52 semanas de puente al año, mas tiempo libre para hacer lo que realmente enriquece la vida del ser humano, mayor espacio para el goce. Un día mas en familia significa menos tiempo para que los niños anden por las calles en medio de vicios, significa mas tiempo para llevar a los hijos a sus actividades deportivas o culturales, significa mas oportunidades para ir a cine, leer un libro o cocinar en la casa. Un festivo todas las semanas significa 24 horas mas para hacer lo que realmente enriquece el espíritu.

Así que aprovechemos estos tiempos de crisis (de confianza mas que económica, a mi modo de ver), para revaluar las escalas que tenemos hoy en día sobre el éxito y para pensar en que es lo que realmente nos hace felices. Trabajar? Lograr un presupuesto? Cumplir la cuota y merecer un bono? O, estar mas tiempo con la pareja? Disfrutar mas de los hijos? (quienes todos los días, pase lo que pase, van creciendo). Ir mas a cine? Leer mas libros? Pasar mas tiempo con los amigos? En lugar de paniquearse leyendo indices bursátiles negativos y noticias sobre despidos masivos en X empresa, propongo utilizar estos tiempos para hacerse este tipo de preguntas.      
 

1 comentario:

  1. Viejo Andres, buen articulo... Le cuento que en estos tough times tambien en Puerto Rico se han puesto creativos, y algunas empresas han hecho lo de Rogers Canada pero reduciendo solo el 10% bajando a 4 dias la jornada pero subiendo una hora mas de lunes a jueves. El golpe es menor para el bolsillo del trabajador e igual se ganan el puente festivo, y la empresa reduce un 10% su carga laboral.

    Un abrazo,
    German.

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